La semana pasada nos enterábamos que pese a la ingobernabilidad que a simple vista se puede ver en Oaxaca, incluso por medio de la televisión, los senadores mexicanos (que resultaron tan inteligentes como Vicente Fox) declaraban que no había lugar para la desaparición de poderes en Oaxaca. …pero poco a poco las fuerzas oscuras se encargarían de desaparecer, eso si, a los oaxaqueños uno por uno.
La cuenta ya va en 12 y muere uno diario en promedio. ayer le toco su turno a Alejandro López, un indígena de la zona de Loxicha e integrante de la appo.
Curiosamente los caídos siempre son del bando contrario al gobierno; No tenemos noticias de que se muera el chofer particular del gobernador, un diputado local priista o un secretario de estado.
Así mismo, por todos lados se escuchan voces hipócritas que alarmados señalan los daños ocasionados por appos y maestros y, con una por demás falsa preocupación, mencionan que este movimiento a quien mas afecta es a los niños oaxaqueños, a quienes se les esta truncando su futuro.
…ay no mamen! Los niños de Oaxaca, de Puebla, de Guanajuato, de Campeche, de Baja California y en general de todo México ya tienen el futuro truncado desde ahora, con o sin clases escolares, y su futuro fue truncado desde el momento mismo de la imposición de Felipe Calderón como presidente de la republica.
Esos niños de quien hoy tanto se preocupan no serán otra cosa que mano de obra barata para las trasnacionales que se apoderaran de este país, que convertirán a México en el mayor y más económico maquilador del continente.
A esos niños lo único que les espera es una feroz competencia por un salario mínimo sin prestaciones de ninguna especie, sin posibilidad de sindicalizarse jamás y sin posibilidad de prosperidad alguna hayan asistido o no a una escuela.
Por si no fuera suficiente para estos niños mexicanos, cada vez les será más difícil la migración hacia el sueño americano gracias a la habilidad diplomática de nuestros actuales representantes consulares.
Y para acabarla de amolar, así como todos los que fuimos niños en la década de los 70s (bueno de los 60s) y vivimos aterrorizados con la inminente destrucción del planeta por medio de las bombas nucleares, se cierne sobre las cabezas de la niñez mexicana la amenaza del próximo desastre natural gracias al calentamiento global. Así que como se puede ver, estos niños si que están realmente jodidos, mejor que disfruten sus vacaciones gracias al movimiento magisterial y si no vuelven jamás a la escuela mejor para ellos; será suficiente con que les prendan la televisión y empiecen a ser educados y atemorizados por Televisa. De todas formas el resultado seria exactamente el mismo: mexicanos en edad adulta que no tienen capacidad (ni valor) de pensar, discernir ni elegir por ellos mismos.
Además, seamos sinceros, a que niño le agrada la posibilidad de ir a un aula a aprenderse datos inútiles para repetirlos durante la aplicación de un examen con la posibilidad de no haber comprendido un carajo, o vivir 6 horas diarias bajo la tiranía de un profesor cuyo elevado concepto de cultura consiste en un baile regional el 10 de mayo o una pastorela inspirada en personajes de la televisión.
La verdad, en estos momentos me encantaría ser niño y ser oaxaqueño.