PELELE VS. LA OBESIDAD

El aumento al precio de las tortillas forma parte de un plan maestro de la presidencia de la republica y el alto clero católico (o sea, la ultraderecha toda) para erradicar la obesidad en la población nacional (incluida lo obesidad infantil, ramo en el que nuestra niñez ocupa el nada honroso primer lugar mundial) y a su vez, eliminar en la población católica la tentación de caer en el pecado de la gula.

El visionario pelele de la presidencia decide matar dos pájaros de un tiro y señala que: (ante el incremento de los problemas cardiovasculares en la mayoría de la población nacional a causa de los desastrosos hábitos alimenticios de los mexicanos) Aumentar el precio de la tortilla fomentara en la población el retiro paulatino de la ingesta de tacos y alimentos en general y la búsqueda de fuentes energéticas alternativas como el oxigeno.

De tal forma, que para el año 2030 los mexicanos puedan vivir exclusivamente de este elemento químico. El cual, se mantendrá fuera de gravamen hasta que se apruebe la iniciativa parlamentaria para ser privatizado.

Estas medidas vienen a complementarse con las tomadas a finales del sexenio pasado, y que consistieron en el aumento de la gasolina Premium, de tal manera que los mexicanos, al verse forzados a disminuir o eliminar definitivamente el uso del automóvil, harán más ejercicio aeróbico en beneficio de su propia salud.

A su vez, el espurio informo que en breve, autorizara un incremento radical en el precio del transporte urbano en todo el territorio nacional, con la finalidad de que los mexicanos practiquen la carrera pedestre de camino a sus lugares de trabajo o estudio. Deporte en el que México obtuvo grandes glorias en las dos décadas anteriores en los tenis de “el halcón” García, German Silva y Arturo Barrios, las dos primeros ganadores de la maratón de Nueva York y plusmarquista mundial de los diez mil metros callejeros, el último.

Para finalizar y redondear estas medidas, el presidente ilegitimo, dará marcha atrás a una de sus principales propuestas de campaña, la cual consistía en la eliminación del pago de la tenencia federal, y por el contrario, aumentara el gravamen, a fin de eliminar definitivamente el deseo de usar el automóvil como medio de trasporte en el país.

De esta forma se despidió antes de partir a la intensa gira latinoamericana en la que buscara obtener algo de la legitimidad que no le han podido dar los operativos contra el narco, ni su ridículo disfraz de soldadito de chocolate.