QUIEN LO DIRIA
Quien lo diría, cuando yo era un niño, cualquier numero menor que 8 en mi boleta de calificaciones era suficiente para ganarme una putiza en las nalgas gracias a mi mediocridad escolar.
Sin embargo, hoy en día cualquier politiquillo con una calificación mayor de 5 es sinónimo de éxito rotundo, aceptación, amor de su pueblo, gloria electoral, triunfo, notoriedad, expectativas y resulta suficiente para considerarse sobresaliente.
En aquellos años, como me hubiera gustado en tener en mis manos un periódico con una portada como la que hoy exhibe EL CORREGIDOR para demostrarles a mis padres que los 7s no solo no eran un mal numero, sino que eran el mismísimo numero del éxito y la prosperidad, que con un numero como ese yo podria tener un porvenir y además muchas esperanzas en el futuro, que con un numero como ese inclusive, podría llegar a gobernar y tener un poco de poder que me permitiera asignarme un salario formidable y hacer grandes negocios a costa de los contribuyentes y que me enriquecerían de tal forma que podría financiar mis futuras intervenciones en la vida política, para de esa forma, vivir eternamente bajo la protección del presupuesto del estado.
Ojala y los niños que hoy realizan sus estudios tomen este ejemplo de nuestro presidente municipal, quien con una calificación de 7.4 pude irse tranquilo y dormir soñando con sus posibilidades de repetir en el cargo o incluso aspirar al mas digno y alto puesto dentro de la función publica en el estado. Bendito sea.
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